Su vida no comenzó al nacer y no concluirá al morir. Antes de venir a
la tierra, su espíritu vivía con nuestro Padre Celestial que le creó.
Usted lo conocía, y Él lo conocía y amaba a usted. Fue una época feliz
en la que se le enseñó el plan de felicidad de Dios y el sendero a la
verdadera alegría. Pero así como la mayoría de nosotros deja nuestra
casa y a los padres al crecer, Dios sabía que debíamos hacer lo mismo.
Él sabía que usted no podría progresar a menos que se fuera por un
tiempo. Por lo que le ha permitido venir a la tierra a experimentar la
alegría, así como el dolor de un cuerpo físico.
Una cosa que hace que esta vida a veces sea tan difícil es que
estamos fuera de la presencia física de Dios. No sólo eso, sino que no
podemos recordar nuestra vida preterrenal lo que significa que debemos
actuar por fe en vez de lo que está a la vista. Dios no dijo que sería
fácil, pero nos prometió que Su Espíritu estaría allí cuando lo
necesitáramos. No estamos solos en nuestro camino, a pesar de que a
veces lo parece.
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